Cruzando el Pacífico. De Australia a Colombia, parando en Honolulu

Nunca antes de este viaje nos hubiéramos imaginado volar desde Australia hacia Sudamérica y parar unas horas en Hawaii. Honolulu no solo sería una parada en mitad del Pacífico, allí comprobaríamos que es cierto lo que nos esperábamos de Hawaii: playas, surf, rascacielos, exclusividad y lujo en unos islotes perdidos en el Pacífico pertenecientes a Estados Unidos.

Hay mucho marketing detrás de Honolulu, ¿quién no piensa en playas y surf, cuando se habla de Honolulu? ¿Cómo cruzamos el Pacífico de la forma más económica posible? A continuación te lo contamos.


El archipiélago de Hawaii está formado por cientos de islas de Oceanía, aunque componen un estado de Estados Unidos. A 3.200 kilómetros del continente americano, Hawaii es el último estado incorporado a Estados Unidos, en 1959. De una gran diversidad natural, playas oceánicas, volcanes activos, clima templado tropical es un popular y exclusivo destino de vacaciones para los estadounidenses.

La isla más grande de Hawaii es propiamente Hawaii, también llamada Big Island, aunque la capital, Honolulu, está en la isla de Oahu.


¿Cómo cruzamos el Pacífico lo más barato posible?
Habían pasado más de 5 meses desde que en Palawan, Filipinas, encontramos la combinación de vuelos que nos permitiría cruzar el Pacífico. En ese momento solamente habíamos fijado en nuestra ruta de viaje Nueva Zelanda y Australia, pero no sabíamos cómo atravesar el Pacífico sin pagar miles de euros en el billete de avión. Esa tarde en Filipinas, lo averiguamos.

Lo encontramos para justo 90 días después de llegar a Australia, apurando al máximo el periodo con el visado de turista, a buen precio desde Sídney a Honolulu con la compañía de bajo coste australiana JetStar, por el que pagamos unos 300€ cada uno.

Nos atraía la idea de visitar Honolulu, pero el coste de vivir unos días en Hawaii era excesivo, y con tanto adelanto no sabíamos si podríamos conseguir un host de couchsurfing. Así que seguimos buscando vuelos y encontramos otro hacia Sudamérica con United, por unos 440€, pero haciendo dos escalas, una en Los Angeles y otra en Houston, para llegar dos días después a Bogotá, Colombia.

Más de 20.000 kilómetros de vuelo, tres días agotadores y lo más curioso de todo es que el primer día de viaje fue el más largo de nuestra vida, pues salimos de Sídney a las 6 de la tarde y llegamos a Honolulu, a las 7:45 de la mañana del mismo día. ¡Llegamos antes de salir!

Bye, Australia. Aloha ,Hawaii!


Honolulu, Hawaii
Con esta disparatada combinación de vuelos, además nos quedaban 15 horas de escala en Honolulu, suficientes para una visita express, que aquí os contamos.

¿Qué hacer con el equipaje en Honolulu?
No dejan subir en los autobuses públicos de Honolulu con equipaje, ni es recomendable pasar un día cargando con las mochilas. Dentro del aeropuerto internacional de Honolulu no tienen servicio de guarda equipajes, pero nos habían recomendado una empresa que guarda equipajes al lado del aeropuerto. Llamando por teléfono te recogen el equipaje y con otra llamada te la entregan en un punto acordado del aeropuerto. Cuesta 20$ por maleta si es menos de 24 horas y 5$ por cada día más. Se trata de Aloha Airport Delivery and Storage. Ésta es su web.

En cualquier caso, nada más llegar al aeropuerto, recogimos nuestras mochilas, facturadas desde Sídney y nos dirigimos al mostrador de United, para probar si podíamos facturarlas a pesar de quedar 15 horas para que saliera el vuelo a Los Angeles. Cuál fue nuestra sorpresa que sí nos permitieron facturar. Nos deshicimos de ellas hasta Bogotá, pues no necesitaríamos hacer el check-in ni en Los Angeles, ni en Houston.

Ya habíamos tenido especial cuidado al hacer el equipaje para entrar en Nueva Zelanda y Australia, pero más todavía tuvimos antes de volar a Honolulu, pues los controles y requisitos de Estados Unidos son especialmente meticulosos. Aún así, cuando las recogimos en el aeropuerto de Bogotá nos encontramos una pegatina de "Inspected" y vimos que nos habían inspeccionado hasta en el más escondido de los bolsillos, menos mal que no habíamos puesto los candados o hubieran roto la cremallera.

Del mismo modo, desde el aeropuerto Sídney, con destino a Hawaii y, por supuesto, en el aeropuerto de Honolulu, ya era muy evidente que estábamos en Estados Unidos. Muchos más policías, controles de explosivos, escáneres corporales, revisión meticulosa de equipajes... Eso sí, al llegar a Honolulu, los empleados del aeropuerto, con camisas hawaianas nos saludaban con Aloha!. Qué extraña mezcla nos esperaba.

Visita express a Honolulu, entre vuelos.
Eran 15 horas de escala en Honolulu, pero quitando el tiempo de facturar las mochilas y las horas que hay que llegar antes del siguiente vuelo, nos quedarían unas 10 horas, así que tampoco nos planteamos muchos lugares para visitar.

Ni siquiera en una escala entre aviones, cansadísimos y con dos días de vuelos por delante nos podíamos librar de subir a un viewpoint. De modo que comenzamos la visita con una visión de conjunto de Honolulu, viendo una panorámica de Waikiki Beach, los rascacielos y las formaciones montañosas características de Hawaii. Para ello subimos hasta Diamond Head, el cráter del volcán inactivo situado en la misma costa de Oahu, al final de la playa de Waikiki.



Diamond Head no fue siempre un viewpoint como lo es hoy día, sino que fue utilizado como punto de control militar, al divisarse toda la costa de Honolulu. De hecho, el mirador es el mismo puesto que era utilizado por los militares. El treking dura una hora y media, con mucho calor y sol abrasador. La entrada cuesta 1$.

Los autobuses públicos de Honolulu cuestan 2,50$ y se pueden tomar desde el aeropuerto. El 19 o el 20 llevan hasta el final de Waikiki Beach. Si después de este bus pretendes subirte en otro, con el mismo ticket tienes free transfers, es decir, bus gratis en las dos horas siguientes. Díselo al conductor al subir al primer bus.

Para ir a Diamond Head desde el aeropuerto, puedes subir en el bus 19 o 20 y luego, gratis, en el 23. Éste te deja a unos 15 minutos de la entrada, pero es cuesta arriba y hace mucho calor. Desde Waikiki Beach también puedes ir hasta la entrada en taxi por unos 12$ (con taxímetro).



Tras la caminata fuimos a comer al restaurante que habíamos buscado previamente donde sirven pizzas y otros platos sin gluten: Hiking Hawaii. Cuesta unos 10$ por persona. No hay muchas opciones a precio asequible en Honolulu, y menos sin gluten. Sí que hay 7-Eleven, McDonalds y otras franquicias de comida rápida.

Después de las calorías de las pizzas y del treking a Diamond Head nos merecíamos un baño en Waikiki Beach, así que atravesamos los rascacielos de hoteles y asomamos a una de las playas más conocidas del mundo. Allí, cerca del Hotel Hawaiian Village Waikiki Beach Resort nos dimos un chapuzón y nos echamos una siesta bajo las palmeras, mientras los surferos no dejaban de coger olas.



Más tarde paseamos por Ala Moana Beach Park, parque junto a la playa donde suelen acudir los deportistas a hacer footing y luego, por Kalakaua Avenue, una de las más comerciales de Honolulu. Ya se acercaba la noche y estaba repleta de gente entrando y saliendo de los restaurantes y las tiendas que abundan en esta avenida.
Tras visitar Honolulu, nuestra impresión no varía mucho de lo que nos esperábamos. Exclusividad, surf, turistas americanos y la mayoría de la población nativa hawaiana (kanaka) o mestiza en unos islotes en medio del océano. Aunque entre tanto lujo, en el bus desde el aeropuerto, hasta Chinatown, nos sorprendió que hubiera tantos mendigos.

Con más de un día en Honolulu, nos hubiera gustado visitar otros lugares de Oahu que nos habían recomendado como las Manoa Falls, North Shore, y allí playas para surferos como Pipeline o Waimea Bay. Y al otro lado del aeropuerto, también nos dejamos sin ver Pearl Harbour.

Pero se acercaba la hora de dejar Honolulu, así que nos subimos en el bus público, de regreso al aeropuerto. Nos esperaban dos escalas más (Los Angeles y Houston) y dos días de viaje. Aunque poco faltó para que nos suspendieran el siguiente vuelo, pues tras 22 años un potente huracán amenazaba Hawaii. Afortunadamente para nosotros el huracán Iselle, llegó al día siguiente y no cancelaron nuestro vuelo.

Así terminaba nuestro viaje en ese lado del planeta y ahora prosigue en Sudamérica, ¡nos vemos en Colombia!



Estuvimos en Honolulu el 6 de agosto de 2014


DESCARGAS
Entrada completa en PDF, para llevarla en tu smartphone o tablet.







No hay comentarios :

Publicar un comentario